Marco
Polo y sus viajes
En el siglo XIII, a medida
que iba saliendo del aislamiento de la Edad Media, Europa se
entregaba con afán, a un comercio creciente, aparte de las guerras
en el Cercano Oriente. Su población en rápido aumento y su
desarrollo humano, habían incrementado la demanda de bienes y como
los señores feudales desdeñaban el comercio, surgió una nueva
clase media de mercaderes en las villas y ciudades. Ninguna mas
propicia para las empresas comerciales que Venecia, situada de modo
ideal en el Adriático, vuelta hacia el Este. Fue en aquella ciudad
próspera y refinada donde nació Marco Polo en 1.254.
Unos meses antes del
nacimiento de Marco, su padre Nicolo y su tío Maffeo, mercaderes de
joyas, emprendieron un viaje de negocios a Constantinopla. Los años
transcurrían y el comercio impulsaba a los Polo hacia Oriente, hasta
que llegaron a Bújara, muy adentro de las tierras gobernadas por los
mongoles, o tártaros, como los europeos solían llamarlos. Allí
pasaron los Polo tres años, temerosos de moverse, ya que la región
estaba infestada de partidas de guerreros y de bandidos. Al fin el
enviado de un potentado local, invitó a Nicolo y a Maffeo a
acompañarlo a la la corte de Kublai Kan en China. Los Polo aceptaron
el ofrecimiento de aquel señor, pues advirtieron en el acto la
oportunidad única de emprender el comercio directo con el Lejano
Oriente, evitando los intermediarios árabes y persas y dichosos de
salir de Bújara sin problemas.
En 1.265,después de un
arduo viaje de un año, Nicolo y Maffeo fueron recibidos por Kublai,
nieto del gran constructor del imperio, Gengis y el emperador mas
poderoso que el mundo hubiera conocido. En los 20 años anteriores
los habían precedido otros europeos mercaderes y frailes en
territorio mongol, pero Nicolo y Maffeo Polo eran los primeros que
visitaban China y eran presentados en la corte imperial.
Curioso acerca del mundo
entero, Kublai mostró interés en el cristianismo, acaso por razones
políticas. Cuando los Polo iban a partir, les pidió que llevaran
una carta al Papa, solicitando que enviara 100 sabios sacerdotes a la
corte mongol. Invitó cordialmente a los hermanos a que volvieran a
China con aquellos hombres y les dio una tablilla de oro inscrita que
les garantizaría el retorno seguro a su patria.
En 1.269, los Polo estaban
de vuelta en Venecia. Solo entonces supo Nicolo, que su esposa había
muerto después de dar a luz a un hijo, Marco, al que había
encomendado a unos parientes. Marco, con sus 15 años, era un
muchacho bueno y listo y Nicolo decidió llevarlo consigo cuando
regresara a la corte de Kublai.
Dos años después, Marco
salió por mar de Venecia con su padre y su tío, rumbo a Catay, es
decir China, viaje que representa un tercio de vuelta al mundo. En
Ayas, puerto al sudeste de Turquía, los Polo organizaron una pequeña
caravana con camellos, caballos y servidumbre. Hechos los
preparativos, iniciaron la marcha, que habría de poner a prueba su
valor y su resistencia física . Ante ellos se dilataba toda Asia.
Los esfuerzos del Papa
para satisfacer la solicitud de Kublai habían fracasado, no cien,
sino solo dos frailes, se decidieron a unirse a los Polo, pero ya en
camino, a los religiosos les sobrecogió el pánico y temieron por su
seguridad, Fingiéndose enfermos, volvieron atrás y los venecianos
siguieron solos.
Marco, joven serio, amante
de la naturaleza, empezó a llevar un diario de la expedición. Como
tenía habilidad para las cosas prácticas y los negocios, así como
una mente impresionable, viva e indagadora, no se extendió acerca de
las molestias personales del largo viaje, si no que solo consignó
todo lo que le parecía extraño y maravilloso “fuentes de
petróleo” aves exóticas de caza, salinas, feroces puerco espines,
y minas de rubíes, entre otras muchas cosas.
Con la esperanza de evitar
las regiones, donde los cristianos y musulmanes seguían peleando, la
pequeña caravana se dirigió al norte. Al ir llegando al Mar Negro,
torcieron al este, pasaron cerca del monte Ararat, donde se cree que
encalló el arca de Noé y se internaron en las colinas de Georgia.
Todo este territorio era familiar a los mercaderes europeos, pero no
a Marco y le sorprendió d la vista de un manantial del que brotaban
grandes cantidades de petróleo, un aceite que no se usaba como
alimento añadía, sino como ungüento para tratar la sarna del
hombre y el camello y para quemarlo. en lámparas. Los mesopotamios
y los persas, los usaban desde hace muchos años el aceite fósil o
petróleo para alumbrarse y calentarse, pero para un europeo medieval
aquello era cosa nueva, lo mismo que los romanos y los egipcios,
empleaban con tales fines el aceite de oliva, menos eficaz.
Los Polo entraron en Irán
y se detuvieron en Saba, de donde habían partido los Reyes Magos
siguiendo la estrella hacia Belén. Marco oyó contar que sus
cuerpos, estaban perfectamente preservados en una tumba y trató en
vano de averiguar algo mas.
Casa donde nació Marco Polo
(actualmente Croacia)
Los Polo habían llegado a
una región remota y poco accesible y las incomodidades y riesgos del
viaje eran grandes. La caravana apenas recorría de 16 a 30 Km. al
día, por helados pasos entre montañas, desiertos pedregosos y
cuencas de sol ardiente, donde la única agua potable, era de un
verde bilioso. Al llegar a Kermán, los Polo pensaron continuar a
China por mar, de modo que torcieron al Sur, hacia Ormuz, puerto del
golfo Pérsico. De camino pasaron por pueblos ocultos detrás de
altas paredes de barro
Para protegerse de los
karaunas, notorios merodeadores. De pronto los karaunas cayeron sobre
la caravana en medio de una tempestad de polvo cegadora. Mario relata
que aquellos bandidos habían “adquirido el conocimiento de las
artes mágicas y diabólicas, merced a las cuales producen oscuridad,
de suerte que las personas no pueden verse unas a otras de no estar
muy cerca”. Tuvo la fortuna de escapar con su
padre y su tío y de dar con un pueblo, pero muchos de sus compañeros
fueron capturaron y vendidos y otros fueron muertos. Marco, con la
moderación que le caracteriza concluye; “pasemos ahora a otras
cosas.”
Por fin los Polo llegaron
a Ormuz, de clima bochornoso, pero les bastó echar una ojeada a las
frágiles naves, de planchas “cosidas” con fibras de cocotero,
para cambiar de opinión a propósito del viaje por mar y regresaron
a Kermán.
Tomaron la “Ruta de la
Seda”, que los condujo a Balj, al norte de Afganistán.
Balj, había sido una
ciudad de palacios de mármol, capital de la antigua Bactriana, donde
Alejandro Magno se casó con la hija del rey persa Darío. Pero los
venecianos la encontraron convertida en ruinas calcinadas, 50 años
después de haber sido arrasada por Gengis Kan.
Los Polo dejaron Balj
atrás y pasaron a Badajshán, provincia montañosa al norte del
Hindu Kush, donde las mujeres se rellenaban las caderas para aumentar
su atractivo y había minas de rubíes y del mejor lapislázuli del
mundo. Marco consigna:”En esta provincia nacen las piedras
preciosas llamadas “balax”, que son bellas y de gran valor nacen
en las rocas de la montaña. El rey la manda horadar, solo para él y
nadie puede ir a esa montaña para buscar los balax, so pena de
muerte, tampoco se pueden sacar del país....porque si el rey
permitiera extraerlas, llegarían a abundar tanto,que perderían su
valor.
La región era también
famosa por su clima salubre. En las cimas de las montañas el aire es
tan puro y saludable, que es conocido por restaurar la salud “
Marco lo atestiguó por experiencia propia, pues “luego de estar
allí casi un año, por enfermedad en esta comarca”le recomendaron
subir a las colinas y se curó.
Partidos de Badajshán,
los Polo cruzaron Cachemira, por la meseta de Pamir. Marco habla de
“carneros salvajes muy grandes, cuyos cuernos miden sus buenos seis
palmos. Con estos cuernos hacen los pastores, grandes cuencos para
comer”estos notables animales llamados carneros de Marco Polo,
siguen siendo una caza mayor muy estimada.
Los Polo siguieron su
camino por la meseta de 3.600 m. de altura. Está enclavada entre
cordilleras tan altas “que no se ven pájaros por las cumbres”y
los fuegos “no dan el mismo calor que a menor altura”
De las montañas
descendieron al Sinkiang, región templada con oasis verdeantes y
calcedonia y jaspe, en los lechos de los ríos. Llegados a Lop, se
dispusieron a cruzar el sur del desierto de Takla Makan. Según Marco
quienes se proponen cruzar el desierto, descansan una semana en esta
ciudad para cobrar fuerzas y disponerse para la jornada, cargando con
provisiones para un mes.
La longitud del desierto
es tan grande, que se dice que llevaría un año o mas, cabalgando
de un lado al otro. Aquí donde es mas angosto, se tarda un mes en
atravesarlo. El desierto de Takla Makan, tenía fama de ser morada de
espíritus malignos, que arrastraban a los viajeros a la destrucción,
llamándoles por su nombre y adoptando la apariencia de sus
compañeros.
Los Polo tomaron
precauciones y cruzaron felizmente un desierto traicionero, debido a
sus arenas susurrantes y a sus espejismos producidos por las ondas
térmicas. Durante varias semanas bordearon los límites
meridionales del desierto de Gobi.
Llegaron a Kumul y
penetraron en Mongolia, ya al Oriente de Asia. Viajaban ahora por
regiones habitadas por tártaros. Marco anotaba todo lo que veía y
oía, desde el auténtico origen del amianto ( que los europeos
medievales, creían que era lana de salamandra), hasta una gigantesca
estatua yacente de Buda.
Realizó asimismo una de
las primeras observaciones exactas acerca de los mongoles. Los
tártaros ricos se visten con paños de oro y seda, con pieles de
cibelina, de armiño y de otros animales, siempre de la manera mas
rica.
Son valientes en la
batalla, casi hasta la temeridad...Soportan toda suerte de
privaciones y si es preciso, pueden vivir un mes entero de la leche
de sus yeguas y de las piezas que puedan llegar a cazar...Los varones
aprenden a pasar a caballo, dos días con sus noches, sin desmontar,
así duermen mientras los caballos pacen.
No hay pueblo en el mundo
que les supere en fortaleza ante las dificultades, ni de mayor
paciencia en las penurias de toda especie...Si las circunstancias lo
imponen... pueden viajar diez días sin encender una hoguera ni comer
como es debido. Se alimentan de la sangre de sus caballos, les abren
una vena y beben desde sus propias monturas .
Los Polo se acercaban a su
destino. Habían recorrido unos 13.000 km. de terreno difícil, en
los tres años y medio transcurridos desde su salida de Venecia.
Advertido de su llegada, el Gran Kan, mandó salir a su encuentro y
dio órdenes para que en todos los lugares por donde pasaran se les
proporcionase todo lo necesario .
Por fin, en el verano de
1.275, entraron los Polo en la ciudad mongol de Shangtu. El
espléndido palacio veraniego del Kan, de piedra y mármol , ocupaba
41 Kilómetros cuadrados de parque, regado por muchos riachuelos y
poblado de ciervos y otros animales de caza, que el monarca cazaba
con guepardos y halcones .
Sentado en un enorme salón
dorado, esperaba a los Polo uno de los gobernantes mas notable de la
historia. Su Imperio el mayor que el mundo ha visto, se dilataba
desde Hungría hasta la costa de China. Kublai Kan, tenía alrededor
de 60 años, era un hombre bien constituído, de estatura mediana,
con las mejillas encendidas y los ojos “negros y bellos”. Su
figura ataviada con una túnica de seda que los bordados de oro
atiesaban, era imponente.
Cuando Nicolo presentó a
Marco como “vuestro servidor y mi hijo”, el Kan replicó “Que
sea bien venido y mucho me complace”. Shangtu era la residencia
veraniega del Kan. La capital principal de Kublai estaba a unos 300
Km. al Sur, en Kambalik (el Pekin actual). Era una ciudad mas
espléndida que Shangtu, con palacios de mayor magnificencia aún.
Afines de Agosto, Kublai y
su corte volvieron a Kambalik y los Polo fueron también Miembro del
séquito del Kan, Marco conoció íntimamente la Casa Imperial,
kublai vivía con refinada suntuosidad. Había adoptado muchas
costumbres chinas y recibía a sus invitados al estilo chino mas
grandioso. En los banquetes, donde a menudo había miles de
comensales, se servían por lo menos 40 platos de carnes y pescados,
20 variedades de verduras, 40 clases de frutas y dulces y enormes
cantidades de leche y vino de arroz.
Kublai tenía cuatro
esposas legítimas, cada una con una corte de 10.000 personas. Todas
ellas tenían el título de emperatrices y en las ceremonias
oficales, una de ellas ocupaba un lugar de honor junto al Kan. Kublai
tenía además centenares de concubinas y cada par de años, adquiría
30 o 40 mas. Marco se enteró que eran cuidadosamente seleccionadas
en cuanto a belleza y observó que “duermen tranquilamente, no
roncan, tienen aliento dulce y están libres de olores
desagradables”. Los padres consideraban un honor que sus hijas
fueran elegidas, pues muchas veces el Kan daba sus concubinas por
esposas a los nobles de la corte.
También servía al Kan,
un cuerpo de diabólicos astrólogos. Marco Polo se refiere a ellos
con gran desaprobación: “Se muestran en un estado sucio e
indecente, por añadidura son adictos a la horrenda práctica de asar
y devorar el cuerpo de los condenados a muerte. Tan peritos son en
su infernal arte, que puede decirse que hacen lo que quieren y
mencionaré un caso, aunque se sale de los méritos de lo creíble.
Cuando el Gran Kan está
comiendo en su salón, la mesa que hay en el centro a una altura de
codos y a cierta distancia hay un aparador grande donde están
dispuestas todas las vasijas para beber. Pues bien, por obra de su
arte sobrenatural, hacen que las vasijas de vino, leche o cualquier
otra bebida, llenen las tazas espontáneamente, sin que las toquen
los sirvientes y las copas recorren por el aire diez pasos hasta la
mano del Gran Kan. Cuando las ha apurado, regresan al lugar de donde
vinieron.
Aquellos brujos de quienes
se contaba, que controlaban el estado atmosférico, impresionaban
tanto al Kan, que dijo a los Polo que el cristianismo no le
interesaría, a menos que contara con iguales hacedores de milagros.
Igualmente mágica para ojos occidentales, era la administración del
vasto imperio del Kan. Sus 34 provincias eran gobernadas por 12
barones, responsables solo ante el Kan.
Un complejo sistema de
cómodas postas, separadas por unos 40 Km, con caballos veloces y
ligeros enlazaba las provincias con la capital y aseguraba que las
órdenes del Kan fuesen prontamente ejecutadas. La red de
comunicaciones era tan eficiente que un mismo correo llegaba a
recorrer 400 km. en un día y “en la estación de las frutas, lo
que es recolectado por la mañana en Kanbalik. Le llega a la tarde
del día siguiente al Gran Kan en Shangtu, aunque la distancia suele
considerarse de diez jornadas”.
Los viajeros no tenían
dificultades con la moneda en la mayor parte del Imperio. Los
billetes impresos en la casa de moneda del Kan en Kambalik, eran
aceptados por doquier, salvo en el lejano sur y el lejano oeste del
Imperio. Marco Polo describió cómo unos artesanos hacían los
billetes “Toman la membrana que hay entre la corteza y el tronco.
Remojada y machacada en un mortero hasta quedar reducida a pulpa, se
hace con ella un papel lo cortan en trozos de varios tamaños, casi
cuadrados.
El funcionario principal,
después de mojar en bermellón el sello real, sella cada trozo de
papel...La falsificación es castigada con la pena de muerte
“Trascurrirían 600 años, antes de que el papel moneda se
utilizara comúnmente en Europa.
Pese a algunas asperezas,
el Kan era en muchos aspectos un déspota bastante benévolo. Si el
hambre o la peste afligían cualquier parte de su imperio,
suministraba granos y ganado de los bienes imperiales a las víctimas.
Si caía un rayo en un buque mercante, el Kan renunciaba a su parte.
Si admiraba la estructura social y económica de algún territorio
conquistado, la dejaba intacta como había hecho con China.
Marco Polo no averiguó
todo esto en seguida, sino a lo largo de muchos años. Nicolo y
Maffeo, se establecieron en Kambalik para comerciar y pocas veces los
menciona Marco en el relato de los años que vivieron los tres en
China, seguramente porque viajaban mucho. El avispado joven
Polo,adoptó enseguida las costumbres tártaras y aprendió a leer y
conversar, en cuatro idiomas del imperio mongol.
Al Kan le impresionaron
tanto su inteligencia y logros, que decidió poner a prueba el
talento mercantil de Marco y lo envió con una misión a China
suboccidental, Birmania y Bengala. “advierten de que al Kan le
agradaba oír relatos de todo lo que fuese nuevo para él” Marco
procuró recabar informaciones correctas y anotó todo lo que veía y
oía.
Durante los 17 años que
Marco permaneció al servicio del Kan se hizo tan útil, que le
encomendaron misiones confidenciales a todas partes del Imperio y sus
dependencias A veces viajó también por su cuenta, pero siempre con
el consentimiento del Gran Kan. Estas misiones llevaron a Marco por
el norte a Mongolia, por el sur a Birmania y Bengala, por el oeste al
Tibet y por el oriente a las ciudades de la costa china. Durante tres
años fue el agente del Kan, en la hermosa ciudad de Kinsai
(Hangchow) al sur del río Yangtzé.
Lo mismo que Venecia,
Kinsai estaba construida en tres canales, pero sus dimensiones y
magnificencia, hacía que Venecia, le pareciese un poblado. Kinsai
informa Marco, tenía 160 Km. de circunferencia. Había no menos de
12.000 puentes sobre los canales y la calle principal que cruzaba la
ciudad de punta a punta, medía 40 pasos de anchura. La calle estaba
interrunpida por 10 enormes plazas, rodeadas de altas casas y tiendas
donde se vendían vinos, especias, joyas y perlas.
Dos o tres veces por
semana, en cada plaza se reunían unos 50.000 comerciantes y
compradores. Marco lo describe así. “Abundan las piezas de caza de
todo género, esto es, corzos, ciervos, gamos, liebres, conejos,
perdices, faisanes, codornices, gallinas, capones y tantos patos y
ocas, que no alcanzan las palabras.
Hay en todo tiempo, en
dichas plazas, toda clase de hierbas y frutas y sobre todo unas peras
grandísimas que pesan cinco Kg. cada una, blancas por dentro como
una pasta y olorosísimas. También hay melocotones amarillos y
blancos muy delicados. Cada día llega del mar, gran cantidad de
pescado y también del lago de diversas clases según las estaciones
del año.
A Marco Polo, le
fascinaron los baños públicos, de agua sin calentar, donde los
chinos concurrían a diario. Al parecer consideraban los baños de
agua fría “ muy saludables”. Sin embargo había también baños
de agua caliente “para los extranjeros que no soportaban la
impresión del frío”
Describe también Marco
los gremios de artesanos de Kinsai y señala que Kublai Kan no
imponía la antigua ley china, según la cual todo hombre debía
seguir ejerciendo el oficio de su padre. “Cuando adquirían
riqueza, se les permitía evitar el trabajo manual a condición de
conservar el establecimiento en buen estado y de dar empleo a
personas que practicasen los oficios paternos.”
Marco no restringió sus
viajes, en modo alguno, a la comodidad y seguridad de las grandes
ciudades. Viajó por toda China y probablemente llegó a conocerla
mejor que la mayoría de los chinos y que sus dominadores mongoles.
Su gira mas prolongada fue por las provincias suboccidentales de
Sechuan y Yunnan y por una región que llamó “Tibet”Al recorrer
aquellas comarcas quedó cautivado por la moneda de sal que circulaba
en Tibet .
Tienen aguas saladas de
las que extraen la sal hirviéndolas en sartenes. Después de hervir
una hora se cuajan en una pasta, a la que se da forma de panes de dos
dineros planos por debajo y redondeados por encima y cuando están
hechos, se ponen sobre ladrillos bien calientes al fuego, donde se
secan y endurecen. En ellas se imprime el sello del señor. Tales
monedas no pueden ser hechas sino por la gente del Kan
Los viajes eran bastante
arriesgados, no solo por los bandoleros sino por los animales
salvajes. Los viajeros obligados a acampar por la noche en
despoblado, se protegían encendiendo hogueras de bambúes verdes,
que crecían en las orillas de los ríos. En la lumbre las cañas a
menudo “estallan con grandes detonaciones “que podían oírse a
tres Km. y ahuyentaban a los animales.
Marco llegó a Birmania,
región desconocida por los europeos y que solo fue explorada, seis
siglos después. En aquella remota zona, Marco vio las cosas mas
raras gente que se forraban de oro los dientes, hombres tatuados de
pies a cabeza, Se enteró de la singular costumbre de una comarca.”
En cuanto una mujer tiene un niño y lo ha lavado y envuelto, el
esposo toma su lugar al punto, pone la criatura a su lado y la cuida
durante cuarenta días. La mujer amamanta al niño a su lado.”
“En Ecuador”, no sé
si ahora lo harán “ pero antes, los jíbaros de la selva, cuando
la mujer tenía un hijo, el padre se acostaba para cuidar al niño y
la mujer se ponía a trabajar”.
Diez años mas viajó
Marco Polo por cuenta del Kan, mientras su padre y su tío, se
enriquecían con la compra-venta de joyas. Pero anhelaban volver a
Venecia. Y Marco explica: Cada vez estaban mas empeñados en
ello,sobre todo cuando pensaban en la edad muy avanzada del gran Kan
cuya muerte, de producirse antes de su partida, podría despojarlos
de aquella asistencia general, única con que podrán contar para
vencer las dificultades de un viaje tan largo...
Así que Nicolo Polo
aprovechó la ocasión un día, al notar que el Kan estaba mas
contento que de costumbre, se postró a sus pies y solicitó, en
nombre propio y de su familia, el gracioso permiso de Su Majestad
para partir”.Al Kan pareció dolerle y respondió, que pidieran lo
que quisieran, pero por la consideración que les tenía, debía
decididamente rechazar su petición”.Los Polo estaban, de hecho
prisioneros y de no haber sido por un golpe de suerte, la historia
no hubiera podido llegar a saber nunca nada de Marco Polo.
Hacia 1.286, llegaron a la
corte del Gran Kan en solicitud de nueva esposa unos enviados de un
pariente de Kublai, Arghyn Kan, gobernante de Persia. Fue escogida
una joven de 17 años, “bella y exquisita”y los enviados
partieron con ella por tierra. Un año después, la caravana
reapareció en Kambalik, rechazada por las belicosas tribus del Asia
central. Se dio el caso de que Marco acababa de volver de un viaje a
las Indias Orientales y los enviados pidieron a los Polo que los
guiaran por mar. Cuando el plan fue expuesto al Gran Kan, convino a
regañadientes en dejar partir a los Polo y les dio cartas dirigidas
a los reyes de Europa.
En 1292 zarpó de China
una flotilla de 14 barcos que llevaban a centenares de hombres y
mujeres, incluyendo a los tres Polo, a los embajadores de Arghin Kan
y a la joven novia. Siguieron la costa de China hacia el sur,
bordearon Vietnam, llegaron a Sumatra, pasaron a Ceilán y la India y
enfilaron al norte hacia Ormuz. La Incansable curiosidad de Marco, le
llevó a describir tierras, pueblos y otros temas de que los europeos
hasta entonces no tenían la menor noticia: desde una descripción
del rinoceronte “al que llamó unicornio” hasta una favorable
biografía de Buda.
Por fin la flota arribó a
Ormuz, en el Golfo Pérsico, al mismo puerto en el que los Polo
habían decidido no embarcarse 20 años atrás. La travesía había
durado un par de años y no estuvo libre de molestias y peligros.
Marco habla de unos piratas, que obligaban a los mercaderes
capturados a tomar una purga que les hacía vomitar las joyas que se
hubieran tragado para ocultarlas.
Muchos de la partida
murieron por el camino, pero la voluntad indomable, el valor y la
suerte, no abandonaron a los Polo. La joven fue entregada sana y
salva, pero Arghin había muerto, de modo que la casaron con su hijo.
Los Polo lejos aún de su patria, prosiguieron por mar y tierra hasta
Constantinopla. Debió de ser un alivio para ellos ir ya de camino
hacia Occidente, cuando se enteraron de la muerte del Kan en 1.294.
En 1.295 Marco, Nicolo y
Mafeo Polo entraron por fin en el puerto de Venecia, después de una
ausencia de 24 años. Al principio nadie los reconoció, pues habían
adquirido “cierto matiz tártaro indefinible, tanto en el aspecto
como en el acento”Los vecinos contaban que los Polo, para probar
sus relatos respecto a las riquezas que habían adquirido y a las
muchas que habían contemplado, dieron a los suyos un banquete, al
final del cual desgarraron las costuras de las toscas vestimentas
que traían de Asia y derramaron sobre la mesa gran cantidad de
diamantes, perlas, rubíes, esmeraldas y otras piedras preciosas.
La edad de Marco Polo no
excedía mucho de los 40 años, pero apenas se sabe algo de su vida
posterior. Debe decirse que nunca debió alejarse mucho de Italia.
Tres años después de su regreso, fue capturado por los genoveses.
Liberado de la cárcel, Marco se casó y tuvo tres hijas. Sin duda
disfrutó de la celebridad que debió a la circulación de su libro,
aunque muchos lectores lo acusaron, de contar “patrañas”
En el otoño de 1.298
prisionero de guerra veneciano de edad mediana, estaba en una cárcel
genovesa. Pasaba el tiempo contando un extraordinario viaje que había
hecho en otro tiempo. Las noticias sobre su pasado corrieron por
Génova y la gente empezó a acudir a la prisión para oírle hablar
de las legendarias tierras del Gran Kublai Kan, emperador de los
mongoles.
Salpicaban sus relatos,
los templos dorados, las minas de rubíes y otras maravillas que
había visto en sus viajes por el Oriente, así como los suntuosos
palacios y la deslumbrante vida cortesana del Gran Kan, que
sobrepujaba en refinamiento y elegancia todo lo conocido en la Europa
medieval .
Entre los compañeros de
cárcel de Marco, estaba un tal Rustichello, escritor profesional de
novelas, nativo de Pisa. Tan cautivado como los demás con aquellas
aventuras, persuadió a Marco que pidiera a Venecia los libros de
notas que había compilado para Kublai. Aprovechando aquellas
historias y notas y agregando algún otro embellecimiento literario
de su cosecha, Rustichello completó un manuscrito sobre los viajes,
precisamente antes de la liberación de Polo en 1.299.
Poco después, se hicieron
varias traducciones que circularon por Europa. El libro empezó
llamándose sencillamente Descripción del mundo, pues no era otra
cosa y cubría mas comarcas, que ninguna otra obra de entonces. Pero
no tardó en ser conocido como “El libro del millón de maravillas
del mundo”, porque aludía burlonamente a las grandes cifras que
daba Polo al mencionar los ingresos y riquezas del Kan. Aunque hubo
muchos lectores incrédulos, la narración de Polo despertó la
admiración europea, que duraría siglos, hacia las riquezas y
maravillas del fabuloso y Lejano Oriente.
Cosa singular, al morir en
1.324, Marco no era muy rico. Su última voluntad fue que se liberase
al sirviente tártaro que había llevado consigo. Inevitablemente, en
torno al veneciano se multiplicaron las leyendas. Según unos amigos,
alguien preguntó a Marco agonizante, si no querría al fin suprimir
de su relato “todo lo que fuese mas allá de los hechos” parece
que él contestó “no he contado ni la mitad de lo que vi”.
Pero Marco Polo no tuvo la
culpa de lo mucho que otros, debieron de añadir a su libro. Con los
años, fue criticado por numerosos errores, confusiones y
exageraciones pero no eran nada en comparación con los que aparecían
en otros libros de la época. Cualesquiera que fuesen sus
limitaciones, sus observaciones eran indiscutiblemente realistas, e
influyeron no poco sobre generaciones posteriores de cartógrafos,
geógrafos, viajeros y sabios de toda índole
Hasta su errónea
localización de Japón entre China y Europa tuvo su importancia,
unos 200 años después, uno de los lectores de Marco Polo, se lanzó
a buscar una ruta occidental al Oriente, llevando consigo un ejemplar
cuidadosamente anotado de los Viajes. Cristóbal Colón no encontró
Japón ni China, pero la inspiración que debió a Marco Polo, lo
llevó a otro Mundo Nuevo y maravilloso.
Ronda, 15 de
Mayo de 2013
J.
Lecea
¡
ALABADO SEA JESUCRISTO !